Comentario
Cómo se querellaron al gobernador de los indios guaycurúes
Los indios principales de la ribera y comarca del río del Paraguay, y más cercanos a la ciudad de la Ascensión, vasallos de Su Majestad, y todos juntos parescieron ante el gobernador y se querellaron de una generación de indios que habitan cerca de sus confines, los cuales son muy guerreros y valientes, y se mantienen de la caza de los venados, mantecas y miel, y pescado del río, y puercos que ellos matan, y no comer otra cosa ellos y sus mujeres e hijos, y éstos cada día la matan y andan a cazar con su puro trabajo; y son tan ligeros y recios, que corren tanto tras los venados, y tanto les dura el aliento, y sufren tanto el trabajo de correr, que los cansan y toman a mano, y otros muchos matan con las flechas, y matan muchos tigres y otros animales bravos. Son muy amigos de tratar bien a las mujeres, no tan solamente las suyas propias, que entre ellos tienen muchas preeminencias; mas en las guerras que tienen, si captivan algunas mujeres, danles libertad y no les hacen daño ni mal; todas las otras generaciones les tienen gran temor; nunca están quedos de dos días arriba en un lugar; luego levantan sus casas, que son de esteras, y se van una legua o dos desviados de donde han tenido asiento, porque la caza, como es por ellos hostigada, huye y se va, y vanla siguiendo y matando. Esta generación y otras que se mantienen de las pesquerías y de unas algarrobas que hay en la tierra, a las cuales acuden por los montes donde están estos árboles, a coger como puercos que andan a montanera, todos en un tiempo, porque es cuando está madura el algarroba por el mes de noviembre a la entrada de diciembre, y de ella hacen harina y vino, el cual sale tan fuerte y recio, que con ello se emborrachan.